| Inscripciones/Leyendas |
Portada y contraportada carátula DVD, Impresión
(Cuadro técnico) Música: Eduardo Molinero, Fotografía: Luis Cárcamo, El Perro Producción: Salvador Díaz, El Perro, Laperna Audiovisual, Universal Studios.
Galleta, Impresión
DEMOCRACIA. MONOCANALES. (C) El Perro, 2005. El Perro (Logotipo)
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| Descripción |
Unos skaters con cámara subjetiva evolucionando por lo que se adivina muy rápidamente como una cárcel abandonada, descuidada y abierta. Esto es lo que hay, Skating Carabanchel, la propuesta de El Perro en cinco vídeos sincronizados y sin palabra alguna ni ningún sonido más que el de las ruedas de las tablas. Siendo así que no se dice nada, podría resultar complicado afirmar algo. Elaborar la exégesis de algo que se resiste a toda exégesis porque aplica con cierto rigor formal aquello de "lo que ves es lo que ves", la máxima de Frank Stella que ha venido sirviendo durante casi medio siglo como una de las piedras angulares del minimalismo. Por supuesto, lo de El Perro parece tener poco que ver con el minimalismo. Pero es del todo conceptual, trabaja con unos pocos elementos; la forma no por cruda es menos neta, no hay atisbo de belleza. Pero hay más de lo que se distingue a primera vista. En primer lugar, los skaters llevan camisetas de la marca Democracia, vendida por la Democracy Shop, fundada por los mismos El Perro. Y el texto de presentación aporta todavía más claridad: "Para completar la videoinstalación, uno de estos patinadores vuela por encima de los presos iraquíes torturados en Abu Ghraib, reproducidos en una pieza de resina y polvo de alabastro a modo de monumento conmemorativo". Partiendo de Slavoj Zizek, de Noam Chomsky y de unos patinadores, El Perro da rienda suelta a una santa indignación sobre las humillaciones sufridas por los presos de las cárceles iraquíes. Lo gritan a los cuatro vientos.
El Perro, esto es, Ramón Mateos, Iván López y Pablo España, se constituyó en Madrid en 1989 con una decidida vocación política de trabajo en la calle o con la calle. Su existencia llegó hasta el 2006, momento en que los dos últimos mencionados formaron Democracia. Como otros activistas artísticos, su trabajo se desarrolla casi siempre en la ambigüedad, no mayor que la de la mayor parte de los artistas, pero mucho más en primer plano. Este Skating Carabanchel fue presentado en una galería, donde su efectividad se reducía al terreno protegido de las artes, y ahora es ya un clásico museificable. Esto no quita valor al trabajo; de hecho, la contradicción viene incorporada y se cuenta con ella.
En realidad, lo más potente de esta videoinstalación resulta ser lo más directo: la paradoja de que un símbolo de libertad y ocupación diferente de los espacios urbanos como son los skaters pueda evolucionar en tal sitio como una cárcel (que es la de Carabanchel, la más famosa y simbólica del franquismo). Ese encuentro de los contrarios es lo que seguirá impresionando de Skating Carabanchel, incluso cuando quizás ya no se recuerde Abu Ghraib. Incluso aunque esta cárcel se haya convertido ahora en casas de pisos. ¿Otra cárcel, quizás?
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